Éramos tan
niños
En aquel
entonces
Bastaba una
palabra
Para
construir un mundo.
Supongo que
eso
Aún no ha
cambiado.
Vueltas y
ritmos de un poeta
Sublime
como Becquer
Marginal
como Bukowski
Y mucho mas
intrincado
Que esas
absurdas clasificaciones.
Vueltas.
Mas vueltas.
Otra novela
Del cuarto
de Mark Twain.
Pero de
pronto
No somos
niños,
Ni siquiera
palabras.
Inevitablemente
La cultura
nos separa.
La imagen
se desmorona.
Quedamos
solos y confusos.
Desabrigados.
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