Minutos.
Horas de tedio.
Largas horas.
En mi cama
sábanas perversas
Esbozan tu contorno.
El silencio trae consigo
tu rostro maldito.
Tu nombre maldito.
Tus antiguas voces
con promesas y conjuros.
Hemos sido victimas
del desencanto.
Deambulando como miserables.
Removiendo nuestras sobras.
Hoy todo ha cambiado
en el universo y en nosotros.
El mundo ha muerto,
sin paraísos ni resurrecciones.
Pese a todo,
aún regresas a mí.
No en forma de hombre,
ni de espectro.
Sino corporizando los minutos.
Las horas de tedio.
Las largas horas.
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